Y aunque ya pasó un rato de la celebración a Xavier Villaurrutia, hay un poema que a mi, en especial, me encanta sobremanera.
Ahora lo tengo a la mano y por tanto, aquí va:
Esa fue también otra de las cosas afortunadas. La adaptaron en el homenaje en Bellas Artes. Y aunque algunos acordes del piano eran geniales (notas desde una pesadilla), el ensamble coral no me pareció que le hiciera justicia.
En fin, ojalá ustedes puedan disfrutarlo, así, tal como ese desaparecido autor lo concibió.
Ahora lo tengo a la mano y por tanto, aquí va:
NOCTURNO DE LA ESTATUA
Javier Villaurrutia
Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera
y el grito de la estatua desdoblando la esquina.
Correr hacia la estatua y encontrar sólo el grito,
querer tocar el grito y sólo hallar el eco,
querer asir el eco y encontrar sólo el muro
y correr hacia el muro y tocar un espejo.
Hallar en el espejo la estatua asesinada,
sacarla de la sangre de su sombra,
vestirla en un cerrar de ojos,
acariciarla como a una hermana imprevista
y jugar con las fichas de sus dedos
y contar a su oreja cien veces cien cien veces
hasta oírla decir: «estoy muerta de sueño».
Esa fue también otra de las cosas afortunadas. La adaptaron en el homenaje en Bellas Artes. Y aunque algunos acordes del piano eran geniales (notas desde una pesadilla), el ensamble coral no me pareció que le hiciera justicia.
En fin, ojalá ustedes puedan disfrutarlo, así, tal como ese desaparecido autor lo concibió.
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