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Mostrando las entradas de marzo, 2004
curso errático Siglos sin pisar estas avenidas de información, metido en este ánimo de agotar asfaltos, recorrer las calles húmedas de este marzo aún loco, aún inconsistente. Y pisar bares. Y escribir. Y de pronto sentir que las cucharadas de vodka se han excedido... No sé, no sé exactamente que ánimo palpita bajo esta jaula del esternón. No sé que rumbo ando tomando. Está la escritura firme. Pero todo lo demás elusivo. Nebuloso. Está el eco ambigüo de unos labios femeninos contra los míos. Está este persistente hueco... Espero que no sean las tormentas que anteceden mi próxima cumplida de años. Espero que sólo sea la adaptación a este nuevo estado de vida. No lo sé a ciencia cierta. El mundo se está acomodando y me está obligando a pensar en nuevas estrategias de trabajo (de ese en que te pagan, del que vives), nuevos cursos que no sé hacia donde quiero dirigir. Hay este ánimo de dejarlo todo y largarse. Esta vena trotamundos que me grita que es tiempo de emigrar. Hay el ancl
poéticas de benjamín prado Que no precisan mayor presentación. Poemas para seguir en curso. Nostalgia y belleza desde un autor que me sigue costando conseguir en libro. El poema es parte del libro Cobijo contra la tormenta , publicado por Hiperión. Y va: Aparcados junto al océano busco palabras dulces como la sombra de los árboles. Mis ojos son los bosques. La llegada del agua es un largo sueño. Todas las cosas tienen la forma de mi mano. Las ventanas se encienden. Algunos hombres miran la oscuridad, saben lo que desean pero no saben lo que necesitan. El cielo quema. Hopkins mira caer la nieve en los bosques nocturnos, Robert Lowell mira desde un taxi las luces de Nueva York. Aparcados junto al océano nuestras palabras eran las olas y el castillo contra el que dan las olas. Palabras dulces, algo que no puedas entender ni olvidar. Vemos pasar los ángeles de Milton y los cisnes salvajes de W. B. Yeats. Al final del poema está la muerte. Ángeles parecidos a la
eventos al azar Y en eso de caminar las calles, parece que voy encontrando eventos con un ánimo más natural. El viernes pasado, luego de advertir una montruosa ausencia femenina en el taller (ausencia, porque asistieron a la primera sesión) y de preguntarme y torturarme con la idea de que soy un mal tallerista, después de despedir de nueva cuenta a Alejandro, quien parte a tierras europeas, españolas, para más señas, terminé en la tertulia literaria de Profética , dando un palomazo, hablando de Tim Burton, narración oral y cuanta locura se nos atravesó en una polémica bastante interesante. Hoy fue un despertar enfermo, la cruda, el no saber que hacer. Y de pronto, aquí, en internet, descubrir disculpas de parte de mis talleristas femeninas. Y recordar otro evento. Ver una dirección para acabar este día. Supongo que las cosas toman rumbo por sí mismas. En un rato, veré en la casa del Escritor de la Sogem, a Ignacio Padilla, que viene a presentar su nueva novela. Confió en un after
suma di versa Y sí, di verso sigue creciendo en la red. Ya hay un nuevo blogger. Uno que sin embargo parece no querer dar exactamente las características de su identidad. Chequenlo. Acaba de arrancar. Ya está en los links. Pero también aquí: De humedad de lunas
premios que alegran Bef dijo en algún momento que los premios sólo agregan al ganador. Y en general estoy de acuerdo con él. Eso de participar y participar en concursos, a veces puede ser muy desgastante. Eso de ver grandes premios entregados por algo que suena más a política que a literatura, es más bien infame. Por eso fue sorprendente escuchar en las noticias por TV (estoy en Morelos...) que José Emilio Pacheco acababa de ser premiado con el Pablo Neruda de poesía. Por eso y por el hecho de que se le entregará el día exacto en que se cumplen cien años del nacimiento de Neruda (12 de julio de 2004), casi se me soltaron las lágrimas... Pacheco es un autor que no sólo se merecía las monedas que trae con sigo la presea. Todo su trabajo lo respalda. En mi particular cuadrante de vida, su primer toque fue ejercido por las batallas en el desierto ... y de ahí para adelante, creo que no ha parado de sorprenderme. Para variar, me gustaría escribir algo mejor que esto... Pero ya es h
días extraños En gran parte por el permanente desvelo, en otra, hubo que echarle la culpa a las llamaradas solares... He leído más que escrito. Mi cabeza no deja de procesar imágenes, cuentos... Sí, después de tanto tiempo sin dedicar nada de espacio a la escritura de historias cortas, de pronto me encuentro lleno de ideas para hacerlas. ¿Por qué? Supongo que tiene que ver con el descubrimiento de que en las dos novelas que estoy trabajando, los temas satélite han crecido, y con ellos la investigación. Y hay este ánimo de escribir. Fuerte. Y este ánimo de los eventos para alejarme de esa escritura. Así que supongo que, una vez más como medida de emergencia, se destilan solitos cuentos que ya había pensado en líneas generales, pero que ahora crecen. Ahora que estoy de vuelta en Jojutla, al pendiente del progreso de recuperación del ojo recién operado de mi señora madre. Y está esa (esta) computadora llena de juguetitos que casi siempre logran distraerme. Y está este sentimiento de
taller de literatura fantástica Y sí, hablando de talleres y ya a punto de cerrar la edición del día de hoy del blog, me acordé de que al menos debería comentar esto: Mañana, a las 17:00 hrs en la Casa del escritor (5 ote 201, en Puebla, Pue.), inicia el primer taller que daré en esta institución. Sobre literatura fantástica. Algo de teoría. Algo de práctica. Están invitados. Hasta donde entiendo, incluso mañana mismo pueden inscribirse.
Morrison bloggea otra vez Y sí, al fin, el maestro Grant Morrison se ha animado a contarnos un poco más de su vida. Ya hay un nuevo post en su blog, esta vez más personal... No sé, pero si hay una voz contemporanea que extraño es la de Morrison. Y más ahora que mis bolisllos me han impedido ir a cazar comics, actualizarme en ese sentido... Pero no les adelanto más. Chequen su blog. Y aunque había ánimo para más post, el tiempo está sobre mí... so, see ya soon...
poéticas en la angelópolis Y sí, después de la partida de Arturo hacia el sureste, hacía un ratote que no se reunía el grupo di-verso y ahora gracias a Andrade, el pasado Martes tuvimos una sesión de lectura en cierta biblioteca normalista. Y digo tuvimos, porque fui invitado y además, de manera suicida, me animé a leer algunos poemas. No fui el único agregado. Araceli también se arriesgó y de hecho abrió el evento. Buena recepción. Buen evento. E igual aftershow... Es y creo que seguirá resultándome extraño esto de escribir poesía. De atreverme a leerla o moverla (lease publicarla)... Siempre tengo un pretexto simple a la mano: soy narrador, no poeta... Pero ayer, que releía mis poemas y me preguntaba porque esa lectura en especial sigue causando un grado sumo de stress en mi persona, decidí analizar los motivos. Como siempre, no estoy del todo seguro, pero algo es cierto: leo bastante poesía y mi preparación académica debería ser al menos suficiente para hacerme decir si algo
cortazariana no explicada Resumen en otoño Julio Cortázar En la bóveda de la tarde cada pájaro es un punto del recuerdo. Asombra a veces que el fervor del tiempo vuelva, sin cuerpo vuelva, ya sin motivo vuelva; que la belleza, tan breve en su violento amor nos guarde un eco en el descenso de la noche. Y así, qué más que estarse con los brazos caídos, el corazón amontonado y ese sabor de polvo que fue rosa o camino- El vuelo excede el ala. Sin humildad, saber que esto que resta fue ganado a la sombra por obra de silencio; que la rama en la mano, que la lágrima oscura son heredad, el hombre con su historia, la lámpara que alumbra.
desvelo y desfiles Y aunque parecía que ya los días tendrían más cohesión, que el sueño se había apoderado otra vez de los ritmos orgánicos... Nada. Un breve ascelere en morelos. Algo de trabajo gráfico, mucho de lecturas. Escribir bajo el ojo ciego de la tele por cable. Y no dormir... Y viajar de madrugada para alcanzar una angelópolis abarrotada de desfiles políticos que impidieron disfrutar uno de los escasos domingos que paso en esta ciudad. Y luego el departamento. Y leer. Y leer. Y no poder dormir. Las baterías llenas. Los dedos a punto. Las alergias que atacan al primer descuido. Son buenos días... Pero aún extraño una musa. Una de carne y hueso. See ya...
de byron y apocalipsis oscuridad Lord Byron Tuve un sueño, que no era del todo un sueño. El brillante sol se apagaba, y los astros Vagaban apagándose por el espacio eterno, Sin rayos, sin rutas, y la helada tierra Oscilaba ciega y oscureciéndose en el aire sin luna; La mañana llegó, y se fue, y llegó, y no trajo consigo el día, Y los hombres olvidaron sus pasiones ante el terror De esta desolación; y todos los corazones Se congelaron en una plegaria egoísta por luz; Y vivieron junto a hogueras - y los tronos, Los palacios de los reyes coronados - las chozas, Las viviendas de todas las cosas que habitaban, Fueron quemadas en los fogones; las ciudades se consumieron, Y los hombres se reunieron en torno a sus ardientes casas Para verse de nuevo las caras unos a otros; Felices eran aquellos que vivían dentro del ojo De los volcanes, y su antorcha montañosa: Una temerosa esperanza era todo lo que el mundo contenía; Se encendió fuego a los bosques - pero otra tras hora
duelo Y es imposible sustraerse. España gravita como tema, pesa en el cuerpo. Terrorismo. Más locura para un mundo loco. Más garantías de muerte para un viaje sin garantías de vida... No lo sé. Me lo pensé mucho antes de emprender este post, sobre todo por andar fuera del mundo, no prender tele, no oir noticias. Hasta que todo cae y te enteras. Y ahora sólo estoy dejando que las cosas fluyan de manera automática. Terrible es la palabra. Previsible, casi se asoma, pero no. No hay argumentos para justificarlo. Sólo imágenes. A mi mente viene ese mundo distorcionado, cyberpunketo que trazaran en japón a principios de los noventas. Hablo de Akira , por supuesto. De sus calles llenas de tecnología. De los corazones podridos que iban explotando por ahí en terrorismo. Y viene un diálogo de otra. De terminator II . La escena en la gasolinera, mientras el robotito arregla el coche y John mira a unos niños jugar a matarse. Las palabras: --No lo conseguiremos, ¿verdad? A veces el mundo l
desenvolver el ovillo Así o algo parecido llamaba Cortázar al hecho de ir tirando lentamente de un hilo de la historia, hasta tenerla completa, hasta poseer su esquema. Su belleza. Eso como lector. Supongo que la operación inversa hacía cuando escribía. Y yo ando en ese proceso, tirando, devorando libros, poniendo en el telar todos esos temas que compiten por meterse en esa novela que se está cocinando... Y es tan rico... y a la vez, de pronto, en esas investigaciones periféricas, me he encontrado con temáticas, vías insospechadas. Hoy no tenía ganas de viajar. Pero lo hice. Supongo que lo necesitaba. El cerebro ha estado trabajando a todo vapor y de alguna manera estaba exahusto. Me la he pasado soñando intensamente. Y creo que sólo dormí bien en esta mañana, bajo el arrullo del motor, en esa larga marcha hasta esta tierra de calor. Espero poder seguir aporreando esta noche el teclado. Espero verlos también más seguido por aquí.
retazos filmicos Y siempre de alguna manera, logro escaparme a la pantalla grande. Aún en sobremarcha de escritura, no quise perderme ese evento extraordinario en las salas de nuestro país: la proyección de una nueva cinta de Cronenberg... Y ni tan nueva. Creo que hace dos años visité el site, bajé protector y trailer y esperé y esperé... Y al fin, el viernes pasado estrenaron Spider . Ya hasta las imágenes del trailer había olvidado, pero sabía a ciencia cierta que no se trataba de nada de la nueva carne . Que el tema no incidía en esas escenas grotescas, cercanas a la CF... más allá de ella. Debo confesar que durante un ratote no pude conectarme con Cronenberg. Es decir, era fan de La mosca , pero hasta allí. Hasta que apareció El almuerzo desnudo . En ese momento, con ese discurso, logré completo acceso al mundo de Cronenberg. Y es que ya era bastante dificil tratar de adaptar esa novela de Burroughs (William S., obviamente, no Edgar), como para además conseguir vincularla con
ruidos de fondo Y no hay nada en particular. Quizá es sólo melancolía genética la que en el motor gravita. Yo, pongo buena cara. Leo. Pero a veces no puedo evitar sentir esa tristeza que siempre asecha. Esa melancólica vía de existencia. Esto es por ell@s y para ell@s. Y un poquito por mí. Lo Fatal Rubén Darío ................................................................(A René Pérez) Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, y más la piedra dura, porque ésa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente. Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido y un futuro terror... Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida y por la sombra y por lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, ¡y no saber adónde vamos, ni de donde venimos...! Rubén Darío quizá fue el
espirales para escribir Y sí, nada que había bloggeado en estos días. As usual, luego de abandonar un rato el teclado, me puse a querer recuperar el tiempo, a terminar de escribir una de las tres novelas que ando trabajando. Y fluía. Y fluía. Los mismos demiurgos de internet parecieron apoyar este empeño. Tanto el lunes como el miercoles traté de postear, y en ambas ocasiones, internet se mostró lenta, intransigente. Y seguí y seguí, aporreando las teclas, bebiendo vodka... Hasta que decidí hacer un recuento de los caracteres que llevaba. Y la cifra quedó en exceso corta. Estaba tratando de acabar para participar en un concurso de novela que pedía como mínimo 315,000 caracteres... Y luego de asombrarme con la baja cantidad que llevaba produciendo, decidí checar el número de caracteres de mis otras novelas (las terminadas, las publicadas). Sobra decirlo. Ninguna alcanza esa cifra. Y cada vez que entrego novelas a editoriales me dicen que son muy grandes... ¡Santas paradojas conti
la mudanza del cangrejo Pues primero lo primero, en estos días Anja movió su blog de server. Por si alguno no se ha dado cuenta, esta es la nueva dirección: http://cangrejo.u2mansion.com. En los links ya está actualizada. Y poco antes de cambiarla también le había dado ya un nuevo aspecto. So, a visitarla.
requiem por el laberíntico señor de berkeley You only live once. Why should you be intimidated Philip K. Dick The Man in the High Castle Lo que en español más o menos sería así: Sólo vives una vez. Por qué deberías sentirte intimidado. Y el autor de esta frase, hace exactamente 22 años, en un día como este, después de un doble paro cardiaco, solo y tras una lucha larga en el hospital dejó de existir en este plano de realidad. Dejó de sentirse intimidado por estados policiacos, políticas de guerra, por cosmogonías extrañas que su autodidactismo quizá acendró. Por trabajos mal pagados, ediciones baratas e indiferencias de la crítica. Quizá nunca se dejó intimidar por las mujeres. Sus divorcios y amoríos así parecen probarlo. Pero aún mejor, jamás dejó que la máquina de escribir ejerciera tipo alguno de intimidación sobre él. Prolífico hasta decir basta. Experimental a la hora de aporrear las teclas, aún a sabiendas de que Ace Books siempre le pondría portadas más adecuadas
algo de las flores del mal Y aunque el poema por sí mismo vale el post, los porqués aparecen en el siguiente, pero tienen que ver con mi viaje a Yucatán. el leteo Charles Baudelaire Ven sobre mi corazón, alma cruel y sorda, tigre adorado, monstruo de aires indolentes; yo quiero mucho tiempo sumergir mis dedos temblorosos en la espesura de tu cabellera pesada; en tus enaguas repletas de tu perfume sepultar mi cabeza dolorida, y respirar, como una flor marchita, el dulce dolor de mi amor difunto. ¡Quisiera dormir! ¡Dormir más que vivir! En un sueño tan dulce como la muerte pondré mis besos sin remordimiento sobre tu bello cuerpo pulido como el cobre. Para engullir mis sollozos apaciguados de nada me sirve el abismo de tu cama; el olvido poderoso habita en tu boca, y el Leteo fluye en tus besos. A mi destino, en lo sucesivo mi deleite, obedeceré como un predestinado; mártir dócil, inocente condenado, cuyo fervor aviva el suplicio chuparé, para ahogar
el sueño de la gaviota Así se llamó un capítulo que llegaría a ser esencial en La Primera calle de la soledad , esencial porque daría parte de su mitología a ese mi particular mundo cyberpunk. Lo escribí hace doce años, tras regresar de mi primer viaje a Monterrey. Luego de haber tirado completa una novela que jamás funcionó. El concepto básico del sueño de la gaviota ya estaba estructurado, en ese esbozo previo. Pero aún no tenía nombre ni sabía de sus alcances... Ni del poder de su metáfora. Antier volví a estar físicamente en el sueño de la gaviota . Si ahí, en la playa que sirve de patio frontal al nuevo departamento de Arturo, mientras bebía cerveza en tarros escarchados y Cannonball Aderly llenaba la atmósfera con su sax tenor. Ahí, al borde de la playa, las gaviotas planeaban, se movían en parvada cuando alguna chica les lanzaba migajas de pan. O suspendidas, de pronto se lanzaban un clavado mortal, en busca de peces bajo esas aguas verdosas, recién invadidas por la marea
A una semana De no bloggear las cosas parecen caminar por rutas extrañas. Hay menos noticias en los blogs y en las listas de correos sobre el caso sifuentes y a la vez más atención de la prensa. Supongo o quiero suponer que las cosas van por buen camino (y no es que dude de Sifuentes. Sigo la tradición mexicana: dudo de la policía) y pronto saldrá de esa oscura pesadilla. Al respecto de ese sentimiento mío valdría agregar algo de Cortázar: Probablemente de todos nuestros sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose Julio Cortázar . Rayuela (cap. 28) Es inevitable tener esperanza. Y sé que el Chícharo, allá adentro, tampoco se libra de este sentimiento. No sé si lea las noticias. Si alguien le pase reportes de avances. Con la carta de David Huerta, en mi pareció haber un respiro. También con las consecutivas notas. Hasta que López Obrador hizo declaraciones que de una u otra form