Ir al contenido principal
espirales para escribir

Y sí, nada que había bloggeado en estos días. As usual, luego de abandonar un rato el teclado, me puse a querer recuperar el tiempo, a terminar de escribir una de las tres novelas que ando trabajando.
Y fluía. Y fluía.
Los mismos demiurgos de internet parecieron apoyar este empeño. Tanto el lunes como el miercoles traté de postear, y en ambas ocasiones, internet se mostró lenta, intransigente.
Y seguí y seguí, aporreando las teclas, bebiendo vodka... Hasta que decidí hacer un recuento de los caracteres que llevaba. Y la cifra quedó en exceso corta.
Estaba tratando de acabar para participar en un concurso de novela que pedía como mínimo 315,000 caracteres... Y luego de asombrarme con la baja cantidad que llevaba produciendo, decidí checar el número de caracteres de mis otras novelas (las terminadas, las publicadas). Sobra decirlo. Ninguna alcanza esa cifra. Y cada vez que entrego novelas a editoriales me dicen que son muy grandes... ¡Santas paradojas continentales, Batman!...
Claro, yo escribo desde el país en que Aura de Carlos Fuentes es una novela. En que Mario Bellatin es un destacado neo-novelista... Y me quejo de que en el país de los Best Selleres, las dimensiones ideales sean los volúmenes a la Stephen King (a quien casi nunca puedo terminar de leer).
Pero ahora que hacía el recuento, resulta que en España, al menos en el género policiaco, ya se está solicitando un volumen de best seller.
No sé. Si pagaran por palabra las editoriales como en EEUU, habría motivos para estar alegre... Y tampoco. Eso ya no sería un verdadero escribir.
Lo más que puedo decir. Lo que tengo que decir es sólo una cosa: odio las novelas sobreescritas, repletas de paja. Las novelas conformistas, ortodoxas que parecen un simil de caramelo: entre más grande, más disfrutable. Entre más te dure el libro que acabas de comprar, mejor... ¡Mierda! Creo que las cosas no son así... Cierto, esos best sellers te duran más... y hasta generalmente terminas usándolos también de almohada... Pero...
En fin, supongo que hacía un rato que no debrayaba...
Y ahora ya le bajé al ascelerador... y volví a la novela que en verdad está suplicándome que la escriba...
Seguiré sin entrar en concursos...
No sé si sea lo mejor (mi bolsillo asegura que es una pésima idea, pero me he hecho sordo a él).
Sé lo que quiero escribir.
Y creo que eso basta.
Creo que la peor traición sería escribir una novela que a mí mismo me aburriera.
Ya lo he dicho en otros posts: cuando empecé a escribir lo hice buscando contar esas historias que nadie más ofrecía en las librerías. Que ningún autor parecía dispuesto a contarme.
Sigo con esa idea. Sigo escribiendo esas historias.
Y espero seguir así.
See ya soon...

Comentarios

Entradas más populares de este blog

iniciar la memoria en línea

Tras meses de coquetear con la idea de este Blog y luego de poner mil y un pretextos, al fin he decidido a hacerlo. Tal parece que las largas esperas en pro de un mejor proyecto, siempre son un preludio al momento catártico en que la forma ya no importa tanto como el hecho de que hay algo que decir; y todo termina apareciendo en una ráfaga no muy cuidada. Y no es que hoy hayan pasado grandes cosas. Las gripes están ahí, todo el tiempo. Supongo que es algo más sencillo. El simple y llano hecho de querer ya hacer algo en la internet, tras tantos compases de espera en pro de hacer una página chida, de hacer que la Página de la Langosta se vea bien... Tantos intentos que se han quedado en horas muertas y html's e interfases flash engordando (o reduciendo) el disco duro... Tanto para un arranque clásico... Pero supongo que así es esto. Y supongo que así tenía que salir. Hoy la única diferencia es que al fin pude acabar El Palacio de la Luna de Paul Auster. Y digo al fin, porq...

La primera calle de la soledad en radio BUAP

  Hoy 29 de septiembre, pasadas las 2 de la tarde, tendremos la presentación en Radio BUAP (96.9 FM) en "De eso se trata" con Ricardo Cartas y Juan Nicolás Becerra de mi primera novela en su tercera edición, a cargo del Planeta, a 26 años de la original edición en FETA.    Los esperamos. No falten.
de viajes en internet y órbitas Farmer Y como siempre, resulta que buscando una cosa, terminas encontrando otra; la diferencia en el ciberespacio es que de pronto descubres cosas cuya existencia no imaginabas. Desde hace como cuatro posts que quiero hablar de Farmer, de todo lo que ese señor a través de sus escritos y sin saberlo me heredó. Pero no quería hacerlo de mi ronco pecho, sino recurrir al libro que en mi caso, me dio el pretexto, la fuerza necesaria para decidir botar la ingeniería y dedicarme a escribir. No lo recuerdo de modo preciso, pero me parece que Carne , fue la primera novela que leí de él. Acababa de descubrir las librerías de viejo y con mi amigo Humberto, que también se estaba volcando en la Ciencia Ficción, organizamos un breve safari. En una de esas tiendas hechas caos, hubo dos títulos de los que ya no me pude separar: La máquina preservadora de Philip K. Dick y Carne de Farmer. Debo reconocer que en el metro abordé rápidamente el libro de cuentos y el qu...