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Mostrando las entradas de julio, 2004
un favorito de bill burroughs Y pretendía hablar de Farmer; pero en ese post también hablaba de Burroughs y de la fascinación que ejerció en Farmer. No hablé de la que ejerció en William Gibson, pero creo indispensable mostrar con qué fragmento me conquistó a mí. Es este: fragmento de EL ALMUERZO DESNUDO -------------------------------------- LA CARNE NEGRA William S. Burroughs —Nosotros amigos, ¿sí? El pequeño limpiabotas puso su sonrisa de ligar y miró al Marinero a los ojos; ojos muertos, fríos, submarinos, ojos sin huella alguna de calor de lascivia, de odio, de cualquier sentimiento que el chico hubiera experimentado alguna vez en sí mismo, o visto en otro, fríos e intensos a la vez, impersonales y rapaces. El Marinero se inclinó hacia adelante y puso un dedo en el brazo del chico, en la parte interior del codo. Habló en un susurro apagado, de yonqui: —Con venas como ésa, chaval, ¡cómo me lo iba a pasar! Se rió con una risa de insecto negro que parecía cum
cerca del plenilunio Luna Transparente  Es el subtítulo de este blog... Y no sé si a todo mundo le quedaba claro a qué hacía referencia. Por supuesto era a esto que muestra la foto, ese momento en que la luna aparece en el día, entre nubes a veces más sólidas que ella, generándole con ello una apariencia fantasmal, una suerte de transparecia que me seduce, me genera más imágenes... Y hoy (para mí aún no acaba el día, aunque el reloj de la PC me asegure que ya es 30 de julio, pero como yo no he dormido, sigue siendo 29) aún más. La luna y el sol estaban diametralmente opuestos, pero con el disco de semejantes dimensiones, enfrentándose o quizás amándose... La foto fue tomada con esa mini cámara digital, usando unos binoculares como lente de acercamiento; por eso ese marco extraño, esa sensación de que fue tomada desde el ojo de buey de un cohete espacial... Y si no les generó esa sensación, ya empezarán a entender por qué escribo tanta ciencia ficción; a mi las metaforas de
confabulaciones digitales Bifurcación  Y hace ya unos días, por no decir meses, que la historia pareció confabularse contra mis ánimos de detener el tiempo, de robarle, parlizarle segmentos en nitrato de plata. Poseía (poseo, aún) una cámara reflex de los setentas, una que me acompañó a lo largo de cursos, días, experimentos, juegos no siempre fructíferos pero sí bastante caros. Y hace cosa de un año, al fin se declaró en huelga el fotómetro y no he podido arreglarlo. Poco despues mi sobrino llevo ya no una pentax, como la mía, sino una canon que de inmediato, tras el primer rollo tomado, también decidió jubilarse... Resultado, cero fotos de esos días, porque mis instamatic se jubilaron solitas antes... Total, un desastre... Total, como mi vida acontesía más en virtual, nada, no me importó, pero a mi alrededor empezaron a relucir cámaras digitales... Y yo, encontrando mil peros, mil pretextos... No sé por qué, pero a cada rato me da el síndrome del anciano, ese pensar que los mé
extraña estática La de estos días, no por falta de eventos, de energía para vivirlos, sino porque sigo de monotemático con los trabajos académicos y nada de lo que he escrito, me parece aún digno de postearlo por aquí. Sigue también el tironeo. Mi tradicional rebeldía que me lleva a leer otras cosas. Por ahí textos de Juan García Ponce, reencuentros con ese Farmer que me hacía volar el cerebro. Estoy leyendo a escapaditas Lord Tyger , esa versión especial, ya alejada de esa primera intención en ese cuento que plantea como habría sido Tarzán si lo hubiera escrito William S. Burroughs en lugar de Edgar Rice Burroughs. Y las resultantes como siempre son increìbles... Además, por primera vez en inglés, vuelvo a esa space opera erótica llamada Flesh ... Y muero por encontrar su versión del mago de Oz... Extraño, el trabajo académico es sobre una de mis autoras favoritas, Angélica Gorodischer. Y sin embargo, a veces le saco la vuelta al trabajo. A lo mejor porque ahorita ya es trabajo
de búsquedas bibliográficas Y pasa que los días se han convertido en lecturas apresuradas, intentos de escritura de cosas académicas, siempre en plena lucha contra las creativas, siempre haciendo más preciada esta última, siempre inspirándola y metiéndome en embrollos dobles, triples, a la 'N' potencia... Y si repito siempre, creo que en este caso es menos eufemístico que de común. Quizá debiera decir: cada vez, en cada ocasión. Porque no hay muchas veces en que realmente me resuelva a hacer los trabajos de escritura de tipo académico, pero cada vez que lo logro, las ideas explotan en mi cerebro, convulcionan, giran, queriéndome arrastrar a la marea de la escritura de una novela, a la búsqueda de fuentes para una novela. Y no siempre logro mantener al margen tal tentación. Y cuando fracaso, tampoco es muy productivo el arrebato poético: el maldito Pepe Grillo se pone a cantar a grandes voces, en estilo operístico y termina alejándome también de eso. Dejándome en el yermo
de proféticas angélicas Y en varias ocasiones traté de entrar a estas zonas de Blogueo sin lograrlo. Lo que más urgente me parecía era postear el programa de actividades con motivo del primer aniversario de vida de Profética . Pero acabaron ayer mismo, sin que yo pudiera conseguir conexión. En fin, cosa de los demiurgos de la red, supongo. El caso es uno: hubo un montón de actividades literarias. La presentación de la nueva novela de Serna, la presentación de la antología que reúne dos décadas de poesía en Puebla preparada por Juan Jorge Ayala. Y muchas lecturas de poesía. Por supuesto, mi presencia fue un tanto cometaria, pero constante. Como espectador, cabe agregar. Como público interesado en las nuevas propuestas poéticas. Hubo esos momentos y otros para desgastar asfaltos en compañía, entre lluvias y vientos locos, entre soles que hacían del templado clima poblano un desastre. Hubo más. Sobre todo mucha vida. Quizás esto explique también, por qué tan largo si