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duelo

Y es imposible sustraerse. España gravita como tema, pesa en el cuerpo. Terrorismo. Más locura para un mundo loco. Más garantías de muerte para un viaje sin garantías de vida...
No lo sé. Me lo pensé mucho antes de emprender este post, sobre todo por andar fuera del mundo, no prender tele, no oir noticias. Hasta que todo cae y te enteras. Y ahora sólo estoy dejando que las cosas fluyan de manera automática.
Terrible es la palabra.
Previsible, casi se asoma, pero no. No hay argumentos para justificarlo.
Sólo imágenes. A mi mente viene ese mundo distorcionado, cyberpunketo que trazaran en japón a principios de los noventas. Hablo de Akira, por supuesto. De sus calles llenas de tecnología. De los corazones podridos que iban explotando por ahí en terrorismo.
Y viene un diálogo de otra. De terminator II. La escena en la gasolinera, mientras el robotito arregla el coche y John mira a unos niños jugar a matarse. Las palabras:
--No lo conseguiremos, ¿verdad?
A veces el mundo luce tan poco encaminado a la supervivencia, a la vida. Y en caída libre a la destrucción...
Lo peor. Mis sueños están llenos de apocalipsis... Pero ya no creo que sean proféticos. Ojalá y no.
Dios, ojalá y sí lo logremos...

Y va otro poema:

¡Oh, miseria de toda lucha por lo finito!
Rubén Darío


¡Oh, miseria de toda lucha por lo finito!
Es como el ala de la mariposa
nuestro brazo que deja el pensamiento escrito.
Nuestra infancia vale la rosa,
el relámpago nuestro mirar,
y el ritmo que en el pecho
nuestro corazón mueve,
es un ritmo de onda de mar,
o un caer de copo de nieve,
o el del cantar
del ruiseñor,
que dura lo que dura el perfumar
de su hermana la flor.
¡Oh, miseria de toda lucha por lo finito!
El alma que se advierte sencilla y mira claramente
la gracia pura de la luz cara a cara,
como el botón de rosa, como la coccinela,
esa alma es la que al fondo del infinito vuela.
El alma que ha olvidado la admiración, que sufre
en la melancolía agria, olorosa a azufre,
de envidiar malamente y duramente, anida
es un nido de topos. Es manca. Está tullida.
¡Oh, miseria de toda lucha por lo finito!


See ya soon...

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