de viajes en internet y órbitas Farmer
Y como siempre, resulta que buscando una cosa, terminas encontrando otra; la diferencia en el ciberespacio es que de pronto descubres cosas cuya existencia no imaginabas.
Desde hace como cuatro posts que quiero hablar de Farmer, de todo lo que ese señor a través de sus escritos y sin saberlo me heredó. Pero no quería hacerlo de mi ronco pecho, sino recurrir al libro que en mi caso, me dio el pretexto, la fuerza necesaria para decidir botar la ingeniería y dedicarme a escribir.
No lo recuerdo de modo preciso, pero me parece que Carne, fue la primera novela que leí de él. Acababa de descubrir las librerías de viejo y con mi amigo Humberto, que también se estaba volcando en la Ciencia Ficción, organizamos un breve safari. En una de esas tiendas hechas caos, hubo dos títulos de los que ya no me pude separar: La máquina preservadora de Philip K. Dick y Carne de Farmer. Debo reconocer que en el metro abordé rápidamente el libro de cuentos y el que le da nombre al volumen me produjo tal decepción que dejé pendiente toda lectura dickiana (cosa que como seis meses más tarde, la segunda novela que leí de él [la primera fue ¿Sueñan los androides con ovejas electricas? (que comprara y me prestara Humberto) reforzó esa lamentable opinión que tardaría aún como dos años en corregir] y de inmediato me hizo sumergirme con pasión y sorpresa en la novela de Farmer. Supongo que era más adecuada a mi edad, a mi inexperiencia como lector... o quizás fue otra cosa: contenía esa especial mixtura farmeriana, esa dosis exacta de todo lo que un lectot busca en un libro. Se trataba de una space opera singular, plagada de erotismo, sugerencias extremas, juegos con la relatividad, civilizaciones que caen, se transforman, se deforman. Una novela de aventuras como la sueña un adolescente. Por que eso era, en ese momento, un adolescente; tardío, pero adolescente al fin y al cabo. Y a partir de ese momento empecé a rastrear todo lo que hubiera de Farmer. No recuerdo el orden posterior de lecturas, pero estuvieron muchos cuentos regados en viejas revistas de CF, en atologías, estuvo el primer encuentro con John Carmodi y al fin Los amantes. Creo que de ahí saqué la info sobre Extrañas Relaciones y la búsqueda fue intensa, hasta encontrar ese volumen de cuentos que los críticos señalaban tan arriesgado, tan pornográfico como Los amantes. Me volví loco con Madre, tan loco que ya no pude seguir leyendo los demás cuentos. Me regresé al prólogo y ahí descubrí la biografía ejemplar, la que me hizo desistir de cursar mediocremente una carrera y meterme de lleno a lo que yo quería: escribir.
Farmer fue fundamental como ejemplo, como narrador y como pauta evolutiva. Cuando aún luchaba por mi cambio de carrera, descubrí en Visiones peligrosas la obra que hasta la fecha releo y releo: Los jinetes del salario púrpura; noveleta, novela corta que significo mi evolución como lector, como aspirante a escritor... Uno que después de esa lectura, decidió dar el paso definitivo y reprobar todas sus materias de ingeniería para ser corrido, para poder optar por una carrera en letras.
De eso han pasado muchos años. Y aquí quería compartirles trozos de esa bio que cambió la mía. El libro que la contiene está tan delicado, tan a punto de deshojarse que me negué a scanearlo. Y hace cosa de una semana, buscaba si algún curioso internauta había subido tal bio. Si ha sucedido, yo no la encontré. A cambio, descubrí la publicidad de un libro y palabras desconocidas de Farmer sobre su decisión de escribir. Me encantaría postearselas, pero me conformaré con poner el link al sitio. Con aclararles que la intervención de Farmer está casi al final de la página y que vale la pena leerla.
Esta es la página:
¿Por qué escribe usted?
Y al parecer se trata de la publicidad para un libro que recoje las razones de muchos escritores para hacer su oficio... Juzguen ustedes mismos...
Y si no conocen a Farmer, no tarden en intentarlo. En los links de consumo básico, hay una liga a Biblioteca Sadrac; ahí hay cuentos y novelas para bajar. Ni siquiera necesitan organizar ya un safari...
Yo por el momento, seguiré buscando la versión Farmer de Oz, seguiré con mis trámites académicos. Y tratando de no dejar de aporrear el teclado.
La vida ya no la busco. Sólo la vivo, la disfruto al lado de la Lobita.
See ya soon, you people behind the screen.
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