Y este post se llama así, porque, ya a punto de irme hoy sin comentar nada, releí el penúltimo post y me acordé que si habían pasado cosas de qué hablar...
El grito... Sí, lo hubo... y yo estaba en el zócalo, viendo como la 16 de septiembre se convertía en torre de lanzamiento de Ovnis...
Y no, no eran platillos voladores, si algún ovnílatra habla de ello, temo decirles que eran globos aerostáticos...
Hermosos globos aerostáticos de papel china... Y con forma de ¡Farola!... Y es en serio... Fue increíble ver a esas cosas elevarse, amenazar con estrellarse contra la torre de catedral y seguir su curso raudo rumbo a las nubes oscuras... Lejos de las miradas...
El grito... Como todos los gritos...
He de confesar que no me metí al mero zócalo... la posibilidad de que me estrellaran un cascaron en la cara no era agradable... Pero vagué por mis viejos portales... y encontré a esos amigos de mis tiempos de la universidad... literalmente eran almas perdidas...
Estaban Rodolfo y su esposa y Ana María y su esposo... Y... Lo mejor... ¡Una chica japonesa!... No podía creerlo... Hablamos, hicimos chistes, luego me enteré que Yoshimi partía en cuatro días rumbo a japón...
Clásico, pensé... Pero no, no fue clásico...
Eran ya las 23:30 y yo tenía que ver a Arturo y Rodolfo había quedado (junto con sus comensales) de ver a otras gentes...
Así que tomé un taxi y pasé una digna fiesta patria, dándole la bienvenida a Arturo, platicando con sus primos, bebiendo Whisky con Memo y Mezcal con el Caspa...
Bien, muy bien... Y como mis ánimos también estaban bien... me dieron las 6:30 de la madrugada y yo sobrio... Y con rumbo a la casa...
Diría que el resto de ese día no tuvo importancia... pero mentiría...
Me dispuse a ir a ver Jason Vs Freddy... al preestreno...
Pero me ganó la vida. Estuve otra vez en el zócalo, viendo un espectáculo de luz y sonido (láser y agua)...
Y todo genial...
El grito... Sí, lo hubo... y yo estaba en el zócalo, viendo como la 16 de septiembre se convertía en torre de lanzamiento de Ovnis...
Y no, no eran platillos voladores, si algún ovnílatra habla de ello, temo decirles que eran globos aerostáticos...
Hermosos globos aerostáticos de papel china... Y con forma de ¡Farola!... Y es en serio... Fue increíble ver a esas cosas elevarse, amenazar con estrellarse contra la torre de catedral y seguir su curso raudo rumbo a las nubes oscuras... Lejos de las miradas...
El grito... Como todos los gritos...
He de confesar que no me metí al mero zócalo... la posibilidad de que me estrellaran un cascaron en la cara no era agradable... Pero vagué por mis viejos portales... y encontré a esos amigos de mis tiempos de la universidad... literalmente eran almas perdidas...
Estaban Rodolfo y su esposa y Ana María y su esposo... Y... Lo mejor... ¡Una chica japonesa!... No podía creerlo... Hablamos, hicimos chistes, luego me enteré que Yoshimi partía en cuatro días rumbo a japón...
Clásico, pensé... Pero no, no fue clásico...
Eran ya las 23:30 y yo tenía que ver a Arturo y Rodolfo había quedado (junto con sus comensales) de ver a otras gentes...
Así que tomé un taxi y pasé una digna fiesta patria, dándole la bienvenida a Arturo, platicando con sus primos, bebiendo Whisky con Memo y Mezcal con el Caspa...
Bien, muy bien... Y como mis ánimos también estaban bien... me dieron las 6:30 de la madrugada y yo sobrio... Y con rumbo a la casa...
Diría que el resto de ese día no tuvo importancia... pero mentiría...
Me dispuse a ir a ver Jason Vs Freddy... al preestreno...
Pero me ganó la vida. Estuve otra vez en el zócalo, viendo un espectáculo de luz y sonido (láser y agua)...
Y todo genial...
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