Más ángeles petrificados
Y de vuelta, ahora, en Puebla...
Regreso clásico. Nada ha cambiado por aquí... El exposímetro de mi cámara no se arregló sólo y hoy no pude imprimir una sola y maldita foto en mi taller...
Lo bueno, ayer pude continuar mi novela. Avanzar lo suficiente y ya con el tono definitivo bien ubicado... Aunque creo que la historia está cambiando mientras la escribo...
Nuevamente hay una extrahistoria orbitándome, haciéndome llevar la acción por caminos para nada intuídos... Podría salir muy bien... Podría terminar en la basura.
Y los días pasan y pasan y no llega la hora de presentar a las Sirenas...
Resultados de la cacería de libros: A parte de frustrarme por encontrar a 30 pesos un libro de Barry Gifford que me costó 130 o algo así... Hubo un buen hallazgo: Ediciones B llevó a la feria sus mercancías defectuosas (sobrecubiertas rayadas, lomos doblados, o así, detalles mínimos) a 50 pesos cada uno. De entre esos títulos, extraje uno que no había podido comprar aún: Merric...
Aún no lo empiezo a leer... Pero la presencia de la Talamasca casi garantiza que lo acabe...
Hoy Zárate fue a visitarme y me prestó el libro de Patricia Cornwell Retrato de un asesino. Arranca muy bien... Y espero que me ayude...
Y, sin más nuevas en el horizonte, bye por hoy...
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