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recuento de los daños

A parte de un ciclo circadiano roto, un neoapego a cierto videogame, la costumbre de comer tres veces al día y la facilidad de meter una película a la maldita hora que se me ocurría, en realidad no hubo daños, como tales, en vacaciones...
Y sin embargo, queda un ánimo extraño. Perpetuo. Quedan las ganas de volver a sentir la bicicleta bajo uno, las estrellas en su extensa configuración sobre la cabeza llena de viento y alcohol. El poder platicar de otros menesteres con los uranios mayores, Andrés y Narciso...
Y la sensación en los dedos de que algo estaba a punto de pasar...
Aunque quizá sólo fuera el ánimo (que ya no fragua en esas latitudes) de ponerse a aporrear el teclado. No lo sé. En verdad no lo sé.
Y en la vuelta a Puebla, el recorrer esa carretera recién inaugurada, el mirar otros paisajes parecía también la promesa de que algo iba a cambiar en esta ciudad estática, vigilada desde siempre por ángeles petrificados...
Y lo que se me ha petrificado ha sido el ánimo.
Vuelta a las caídas. Vuelta a las rutinas.
No sé si un poco también se deban incluir estos ciclos en la teoría del eterno retorno.
Y estoy de vuelta en casa. Casa invadida... Por mi sobrino y las nostalgias que no me han dejado aporrear de manera adecuada el teclado.
Yo no sé nada.
Sé que la nostalgia también estuvo en los cielos de Jojutla. En las lentas lágrimas de ceniza que a destiempo cayeron, como si aún fuera febrero, como si la quema de caña no acabara...
Lagrimas de ceniza.
Cenizas de lágrimas.
Y hay tanto por hacer. Y de pronto otra vez la parálisis...
Para volver a nacer primero hay que morir... algo así cantaba Gibrel Farishta en Los versos satánicos de Salman Rushdie, mientras caía del avión.
Yo caigo de otro... y sólo me pregunto, si acaso lo que está pasando es que muero siempre demasiado rápido, sin darme tiempo apenas a conocerme en esa nueva fase de vida... No lo sé. Los cambios afuera parecen nulos... Y las muertes son tan semejantes, que hasta me parece estar viendo la repetición instantánea de la misma muerte.
Apariencias...
Supongo que ya debería haberlo aprendido. Todo es aparente. Mundo de simulacros donde es tan dificil distinguir lo que es verdadero... o al menos natural...
Dios... Debrayes y locuras...
Ya lo decía antes, este es un debrayario... so...
Sigo en curso. Acabo de agregar un par de links a "Otros blogs", basicamente porque ya no sé bajo qué titulo ordenarlos. Supongo que en algún momento deberé modificar ya la apariencia de este blog...
El caso es uno. Surfeando el blogiverso, di con gatito suicida y una fecha que acabó de hacer puré parte de mis ánimos. Hoy es martes 13. En uno de hace diez años, pensé que había encontrado la brújula irrompible, inoxidable de mi vida. Y hoy me miro y miro mis caminares y me descubro sólo más viejo, más cansado, pero en la misma búsqueda que yo tenía un lunes 12 de hace diez años... Shite!!!
Ciclos y más ciclos.
Espero que este renacimiento pueda ser mejor.
Espero al menos, que esta soltura en el blog la pueda llevar a casa. Me haga aporrear en serio el teclado...
See ya soon...

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