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de lecturas y ciclos de retorno

Estamos siempre atentos tan sólo a los grandes sucesos y así no advertimos como se desarrollan nuestras vidas, ni mucho menos la naturaleza de nuestras pasiones más secretas; por eso cuando éstas se hacen evidentes y nos arrollan, la sorpresa es mucho mayor y sólo más adelante podemos descubrir que la crisis venía engendrándose desde años atrás y sus síntomas eran muy claros.
Juan García Ponce / La Noche.

Este fragmento es apenas una muestra de lo que me ha perseguido a ultimas fechas en lecturas.
Prácticamente desde que acabó el semestre empecé a encontrarme libros que relataban desde una u otra arista hechos muy parecidos a la historia de mi divorcio. Y la sorpresa fue mayúscula. Creo que desde la preparatoria jamás me había encontrado tan retratado en una historia como en las tres noveletas que integran el volúmen de editorial Era. Las tres a su manera, las tres dando pinceladas aquí y allá. Va otro fragmento, uno que no exactamente se aplica amí, si no a la historia:

Vi todo desde mi lugar, fascinado y horrorizado al mismo tiempo, tratando de ocultarme en las sombras, como un malhechor, en el centro de una pesadilla de la que sabía que nunca lograría salir y entonces, de pronto, en medio del asco y el horror y la envidia, sobre todo la envidia, me di cuenta que el único culpable era el amor y de que yo también lo sentía, que la deseaba desde aquella primera noche o desde mucho antes tal vez, cuando su propia dignidad no me permitía ni siquiera advertir ese deseo, y que había estado esperando el derrumbe total sólo para poder justificarlo, pensando que estaba disponible y era ella y no yo, mi naturaleza, la naturaleza de todos la que lo provocaba con su degradación; pero aún ahora sólo podía ponerme en el lugar del otro y esperar inmóvil para apartarme del mal, que de todas maneras nos envuelve.
Juan García Ponce / La Noche.

Y no voy a contar esa historia de separaciones, porque ando en otros ánimos y porque también la historia central me dio cosas positivas para mi nueva relación.
Más bien quería comentar esta sorpresa. Una que quizá se cierra con este libro de García Ponce pero que se abrió con un autor extranjero.
La primera muestra la encontré en Galatea 2.2 de Richard Powers. Una suerte de novela de ciencia ficción dura, si las redes neuronales pueden considerarse ciencia, pero esa es la historia anzuelo, bajo esta bulle otra, la crónica de una relación amorosa. Una tan parecida a la mía que me mantuvo pegado a ese voluminoso libro hasta acabarlo. Una que me hizo preguntarme nuevamente sobre el promedio del amor, sobre la tragedia del amor. Y que a la vez me liberó por entero de los pocos vestigios que aún quedaban.
Zárate, que vio de cerca esa parte de mi historia personal y que conoce mi novela exorcismo, en algún momento sugirió que aún me hacía falta sacar cosas, que la operación metafórica de transformar tragedias en fantasías, no era suficiente. Y supongo que la espinita seguía por ahí, incubando podredumbre...
Pero tras Galatea, creo que cualquier cosa pendiente se cierra. Verme en ese espejo, saber que otros han experimentado cosas semejantes, me libera.
Por eso hablaba de los ciclos. Creo que con este par de libros aquel viejo ciclo queda completo. Y la vida parece demostrarlo con mi nueva vida...
Y lo más extraño es la manera fortuita en que aparecieron.
Galatea lo compré hace cosa de un año (sin recomendaciones, sin referencias) y aunque intenté leerlo en ese momento, sólo hace dos semanas pude conseguirlo.
García Ponce es un autor que tras su reciente muerte (clásico) se está poniendo de moda y en un evento de Profética, Frank Loveland habló tan bien de él que quise leer algo. Miré en la biblioteca a ver si estaba Crónica de la intervención (era el libro promocionado) y al no encontrarlo busqué títulos llamativos. Encontré La Noche, pero el libro estuvo prestado y sólo hoy he tenido oportunidad de leerlo.
Sobre los meritos literarios de uno y otro no voy a hablar, ya se sabe, esto es un debrayario. Pero si se los puedo recomendar ampliamente. Por eso posteo los fragmentos, para que ellos solos se promocionen...
Sólo debrayo ahora sobre un ciclo que se cierra. El de mi anterior relación. Sobre las coincidencias extremas de historias.
Una puerta vieja se cierra.
Y una nueva se abre al frente.
Ojalá sea más coherente en el próximo post.
Igual y entonces les pongo algo de Galatea. Ya situado en Puebla...
Si es que hay tiempo...
See ya soon...

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