sabor a buenos aires
Es algo muy dificil de definir, de ubicar, clasificar, analizar...
Yo hubiera dicho que París debía ser mi primer paso fuera del mundo mexicano (fronteras gabachas incluidas y guatemaltecas, también).
Lo hubiera dicho. Incluso lo repetiría ahora, el hecho es que el destino se confabuló con los vuelos, los eventos ciencia ficcioneros y antes de saberlo, fui a parar a la tierra de Cortázar, de Borges... Sin apenas prepararme para ello...
Como ya habrán podido preever, este es otro post nostálgico... Uno que se podría (y de alguna manera se intituló en muchas publicaciones especializadas en la CF latinoamericana) titular: "Dos poblanos en argentina". Aunque yo no sea poblano, aunque todos lo supieran...
La culpa fue de Horacio Moreno y Daniel Bugallo, coordinadores en ese momento de CACyF (Circulo Argentino de Ciencia Ficción y Fantasía), quienes de la única manera en que se pueden hacer las cosas en latinoamérica (con pasión y suicidamente), se aventaron la genial idea de hacer la Primera Convención del Cono Sur ConSur I. Y la sacaron de la nada. Y en esa nada nos encontraron a Zárate y a mí. Y nos invitaron... Corría el año de 1991 y era septiembre cuando nos bajamos del avión y lo primero que vimos fueron cabinas telefonicas naranjas, en un híbrido estilo entre cabina a lo supermán y cabina a lo 70's mexicana. Una primera impresión, un montón de miedo, hasta que vimos el cartelito sostenido por Juan Etchegoyen, hasta que empezamos a platicar y entre comentario y comentario recorrimos media ciudad hasta llegar al "Emporio de la Papa Frita". Así como se oye, y más... Pero no los voy a cansar con crónicas minuciosas, llenas de detalles. Voy a resumir, de mala manera, potrque esto es unh Debrayario, porque me interesa sólo plasmar aproximaciones y que ustedes lo completen todo, como puedan, como quieran..
Fueron días extremos, poéticos a rabiar; nosotros ignorantes por excelencia (no recordaba una dirección, ni de Borges o Cortázar y aunque Pestarini se ofreció a contactarme con Sergio Gault Vel Hartman y Angélica Gorodischer, no hubo suerte), tan ignorantes que pudiendo haberme fotografiado abrazado de Bioy Casares solo le fotografié la calva...
Pero vivimos... A extremo, apasionadamente. Y supimos que los argentinos sólo son insoportables en México, que en su propia tierra son la mar de amables, la mar de buenos camaradas. En la foto, en la parte de atrás, a la izquierda aparece Daniel Bugallo y a la derecha, Horacio Moreno. Zárate y yo ya somos conocidos en este Blog... Y el restante modelo... Bueno, no recuerdo su nombre...

CACyF & US

El caso es que agotamos asfaltos, salas, días. De una de esas exploraciones fue sacada esta foto. Soy yo, en plena Avenida Corrientes, esquina con no sé qué...

En corrientes

Y la otra, esta de aquí, es de Zárate, a la orilla del Río de la Plata, frente a un transporte marítimo que luego llegaría a ser caro en su novela La Ruta del Hielo y de la Sal, pero que en ese momento no pasaba de ser una curiosidad histórica...

Z en río de la plata

Una crónica más de cuando eramos jóvenes y poco documentados. De cuando la maravilla parecía a punto de estallar. De cuando la ciencia ficción prometía volverse un género no sólo respetable, sino un genero por excelencia latinoamericano.
Los días fueron en exceso placenteros. Las coca-colas de 325 ml, valían un austral más que una botella de vino tinto de la casa de a litro en un buen restaurant. Y los biffes de Chorizo eran dieta cotidiana. Y aprendimos además esa cortazariana comunión de cebar el mate en un club que no era el de la serpiente. Las serpientes se agitaban envidiosas en torno a nuestros amigos, dándose de topes quizá por que ellos no se habían atrevido a tanto... Y no digo nombres; comento esa sorpresa de toparse ya con la envidia, con la envidia en un género que nadie quería pelar...
De regreso a casa, después de innumerables festejos con Daniel y Horacio, Zárate y yo deseamos que a la ciencia ficción mexicana nunca le pasara lo que a la argentina: que se llenara de intereses extraliterarios, que se plagara de política, que se abarrotara de vicios sindicales.
Creo que cruzamos los dedos...
Pero eso de nada valió. 5 años más tarde, nos enfrentamos a ese mismo problema, en nuestros propios pagos, en nuestras propias latitudes.
La ciencia ficción parecía tener una plataforma de saturno 5, unos motores de misión Apollo. Parecía... Al final de ese año nos encontramos con la triste realidad: los vuelos, las grandes aventuras humanas, no se realizan si no hay de por medio una política...
Odié la politica y a los políticos que en ese entonces encabezaban el AMCyF. Lo odie todo...
Casi abjuré de la Ciencia Ficción.
Casi...
Hoy sigo escribiendo ese género, hoy en la cabeza de la AMCyF no hay un político, sino un apasionado del género.
Hoy hay muchos menos eventos, muchas menos publicaciones que en ese entonces. Pero parece existir lo más importante: los que quedamos en este ejercito, quedamos por amor; no por ánimos de trascendencia, no por politiquerias mal aprendidas de nuestros gobernantes, no por cuestiones de valor y antigüedad sindical. Quedamos porque adoramos el género. Porque no podemos dejar de escribirlo.
Y si quieren, pueden tirar la primera piedra, estén o no libres de pecados.
See ya soon...
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