¿y de literatura?
Bastante. A cada instante. Fuente cotidiana en que uno jamás deja de abrevarse.
Abrevadero, por el momento, más que fuente creativa.
Ya lo decía antes; siempre hay momentos en que debo dedicarme a la investigación y este ha sido uno de ellos. Investigación un tanto ordenada, para cuestiones académicas; caótica e intuitiva para el background de mis novelas. Sendas siempre complementarias, retroalimentativas.
Y de todo ese galimatías que sigue teniendo más aspecto de una educación autodidacta que de una formal, podría en este momento llenar páginas y páginas con citas, pero hay una que me parece apropiada a la foto del siguiente post, al post entero.
La cita apareció leyendo El héroe y el único de Rafaél Argullol, un español que me ha dado los nortes más efectivos sobre el romanticismo. Y que leo para completar cierta deuda académica que aún arrastro. Lo leo por eso y porque sus libros me encantan (sobre romanticismo, he de aclarar).
La cita pertenece a Hölderlin, autor que pospuse por desconocer el alemán (y sigo desconociendo), porque Byron había golpeado con tubo... Y porque no dejo de ser desparpajado. Esta es la cita.
Pero al abismo, se cuentan los poetas,
has relegado al sagrado padre, el tuyo propio,
y allí, donde los indómitos con razón comparecen ante tu tribunal,
está esgrimiendo, ya sin culpa, el dios de la Edad de Oro:
aquel que primitivamente, sin fatiga, era más grande que tú, sin necesidad
de enunciar ley alguna y sin ser nombrado
por ningún mortal.
Friedrich Hölderlin / Natur und Kunst oder Saturn und Jupiter (fragmento)
Y no voy a explicar lo que explica Argullol. Voy a referirlo a esa época de oro nuestra. De la ciencia ficción, de la astronomía, en que los ímpetus eran puros y el campo tan poco codiciado, que el flujo de actuación lucía más legítimo, más natural.
Epoca de Oro en que nadie nombraba al dios ni a sus leyes.
Se empezaba a publicar mucha ciencia ficción y todos eramos una cofradía. Se empezaba a hacer divulgación científica y nadie peleaba el espacio.
Hoy hay vicios en cada sector. Vicios que parecen sacados de otros gremios.
Y hay algunos que añoramos esa época dorada.
Yo lo hago de vez en vez... Y cuando me pongo triste, siempre me digo que la etiqueta aún no ha sido reconocida.
Quizá en el recuerdo, la época es dorada.
Pero habemos algunos que aún trabajamos por hacerla más tangible, más real.
¿Cómo? Escribiendo. Literatura, divulgación científica, el objeto o sujeto que tenemos como blanco de nuestra pasión.
No sé, pero también me vienen a la mente unos versos de Borges, los posteo de memoria:
No hay otro paraiso que los paraisos perdidos
Pero siempre supe que aquello no era el paraíso, apenas lo que nuestras cartas de navegación aseguraban era la ruta al paraíso.
Espero que ahora nuestras brújulas y astrolabios sean más exactos.
Espero, al menos, poder acabar de escribir lo que quiero, tal como lo quiero.
See ya soon, you people behind the screen...
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