goteras en el tiempo
No hay otra manera de describirlo, de dar cuenta de la extinción de los días, de su paso vertiginoso, insolente, que me ha sitiado en casa, el trabajo... Lo mismo de siempre, pero distinto.
No sé si lo que ocurra es que mi velocidad de escritura es menor y por eso las horas se agotan sin que avance demasiado.
No sé si hacía mucho desde la última racha realmente productiva... y por eso he olvidado la velocidad de mi flujo. Ya se sabe, uno tiende a componer los recuerdos, a dornarlos, aún cuando se crea, se esmere en ser objetivo.
Ya llegó la vuelta a los cursos, a la rutina. Una que no lo es tanto.
Ya llegó el tiempo de tratar de administrar de otra manera los minutos. Espero que en esta ocación sepa atinarle a la agenda apropiada.
Hay un montón de cosas cocinandose en la PC, en este cerebro, que no había actualizado en la red.
Quizás el jueves tenga más tiempo para un debraye más coherente, más enfocado. Por hoy quizá sólo era volver a decirlo: The Wolf is well and alive.
See you later, you people behind the screen.
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