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con óxido en la red

Y aunque hay frases hechas que aplican a la perfección a este regreso, prefiero obviarlas.
The wolf is well and alive and is back to his blog... Frase también gastada que no pude evitar.
Lo que quiere decir, lo mismo de siempre: genuina inconstancia y debrayes sin ton ni son...
Hoy, afortunadamente, no me hace volver a escribir en este espacio una nueva noticia dolorosa, sólo el efecto de las vacaciones de la red y de mí mismo, que obvio, incluyeron sol (no en una playa, sino en la maldita azotea, tapando goteras), aventuras de autos y mundos de pollos (en virtual, en el Game Cube) y una vuelta a la escuela... que, ¡ah!, como hacía falta. Volver a ser alumno, escuchar a otros expositores, con otras fuentes, otras perspectivas, siempre reanima. Te hace entrar por otro vector al "conocimiento" de la literatura. Y del mundo mismo.
Ya aporreo mis teclados con ánimo autoral, no académico. Y poco a poco voy tirando el óxido acumulado en esos días y los mundos ficcionales empiezan a brillar con verdadera luz. O eso creo.
Habría mucho que contar. También poco.
Esto de estar lejos del blog te hace también enfrentar la labor con capas de herrumbre.
Aún sé por qué conservo este blog. Por qué no formateo el disco duro de este cerebro en la red y empiezo de cero, como si nada hubiera pasado...
Las memorias están, seguirán ahí.
Aún en estos días de lluvia, diluvios en otras partes de la república, siempre al lado de la Lobita, he recorrido el centro histórico de esta ciudad de ángeles petrificados y he vuelto a caer en la tentación de pasar a buscar a Alejandro a la Matraca. Se te extraña y seguirá extrañando, amigo...
Aún permanezco despierto por las noches, bebiendo vodka y aporreando el teclado y cada mañana espero levantarme tan fresco como hace años. Pero ya no soy el mismo, afortunadamente... y lo agradesco.
Sigo aquí. Manías y terrores, obseciones y temores, anulando o tratando de anular las pantallas en blanco.
Y fueron tantos días alejados de esta labor que no encuentro un vector genuino para escribir. En otras palabras, hay tantas palabras acumuladas que escribo aquí, escribo en este otro género y en el de más allá y siento que no lograré alcanzar al tiempo. Que no tendré tiempo suficiente para escribir todo lo que quiero. Todo lo que necesito.
Escribo. Y eso ya es grande. Eso ya soy yo... Aunque algunos autores consagrados opinen que considerar desde esa perspectiva la escritura es un afán romántico e inútil...
Y si lo menciono es porque tampoco he parado de leer y leer. En casa, en la cama, en el colectivo, en las filas de trámite. Leer y leer. Así de fácil...
Todo esto puede ser baladí, hueco. Pero es apenas el regreso.
Hay citas y más citas que compartir.
Y locuras y debrayes.
La clepsidra dejará que el goteo se decante natural.
Por lo pronto, vuelvo a tener ya un acceso seguro a esta red (no en casa, he de insistir). Y espero utilizarlo. Ya sin miedos a acabarme argumentos. Ya otra vez en la vía original de este blog...
See ya soon, you people behind the screen...

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