meneses en la ofrenda sogem

Meneses Sogem Ofrenda

Culto a los muertos. Costumbre que es casi simbólica, paradigmática de México. Sólo los mexicanos somos capaces de reirnos de la muerte; frase hecha, más que sabida y super gastada. Frase que alcanza otras contundencias en el miasmático ámbito de las letras nacionales.
Dos libros inéditos dejó el maestro y amigo Alejandro Meneses el 2 de julio (según inferencias) de 2005, cuando dejara atrás este mundo. Uno de ellos, ya publicado por la BUAP (y cuyo nombre no alcanzo a recordar), mismo que entregara un par de días antes de morir y apenas empieza a ser distribuido. Del otro apenas tengo la vaga impresión de la fotocopia de las pruebas finas de la portada en una editorial que me es del todo desconocida.
Meneses publicó su segundo libro de cuentos (Ángela y los ciegos)en una editorial bastante comercial y reconocida, misma que no le dio la promoción y circulación adecuadas. A poco menos de dos años, su título era distribuido bajo el ignominioso rubro de saldo.
Su tercer libro permaneció en dictamen y arreglo editorial más allá del año y medio... Y el cuarto... El cuarto durmió el falso sueño de los justos en las entrañas de su PC.
Hoy, esos dos tomos son publicados. En editoriales menores, pero que buscan redimensionar, hacer justicia a su imagen.
Hoy, Meneses es una foto que en este post aparece borrosa, y en la ofrenda toda de SOGEM Puebla, apenas destaca. Hubo necesidad de que la lobita me la señalara para que me percatara de su existencia... Aunque tampoco es un dato fidedigno. Hastiado, mareado de tanto poster y publicidad vacua, me he vuelto inmune a todo cartel o manifestación cultural de presupuesto promedio a bueno.
Desde ayer quería postear esta foto mal tomada.
Pero me entretuve en otros menesteres, como buscar algún nuevo Ebook de Mario Levrero en la telaraña informática. No obtuve lo que buscaba, sólo otra perspectiva. Hace más de un año, al dar a Google el nombre de tal autor, un mínimo de páginas eran localizables. El mismo día de su muerte, el 30 de agosto de 2004, pocas páginas más se agregaban. Hoy son interminables las referencias a él, a Mario Levrero, autor Uruguayo a veces considerado parte del corpus de la CF. Más de 18 páginas saturadas de referencias son ubicadas por google, a la primera.
¿De quién es la culpa? ¿De google? No. Es de la atmósfera, el ámbito literario. De nadie más. Es como si la muerte proporcionara pasapote adecuado, suficiente. Como si tras la muerte ya se valiera hablar de esos grandes autores, en vida minimizados o ignorados, en las grandes capillas de las letras, no sólo mexicanas, sino latinoamericanas.
La muerte libera de todo. Eso dice la gente. Eso se comprueba en cosas como esta. La muerte liberó a Meneses, a Levrero, de su potencialidad como contundente amenaza para los patéticos, mediocres escritores que se autoerigen (contactos, padrinazgos de por medio) como la vanguardia de las letras nacionales o latinoamericanas...
Culto a los muertos. No cabe la menor duda.
Culto insulso, degradado, pero al fin y al cabo culto.
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