breve recuento
cosas, han pasado bastantes; pocas que tengan la fuerza devastadora de un puñetazo en el mentón... pero tampoco mi vida ha estado excenta de eso... aunque no hable aquí de ello.
básicamente, en estas semanas, he seguido con la estúpida manía de procastinar a cada instante; es decir, de encontrar actividades inaplazables que en realidad no alcanzan a sustituir la única precisa: acabar con mi maldito adeudo académico...
hubo, en el intermedio, en ese tironeo entre la voluntad y el deseo, cosas dignas de destacarse:
visitas desde tehuacán, que hacen resurgir mis ansias, mis inspiraciones comiqueras... gracias a Zanker, con quien hice un breve tour cervecero.
visitas a jojutla... y a celebrar el cumpleaños de Neshoen el viejo, incomparable estilo de La Sociedad Astronómica Urania... trepando cerros, bebiendo vino ya bien endorfinados por el esfuerzo de escalar esas geografías.
de aquellos momentos, sólo puedo compartir una foto, un autorretrato con celular. es esta:

y no debería postearla, por las canas y demás cosas, pero, luego de años sin un sombrero negro, sin un sombrero de campaña, acabo de estrenar este. en parte por eso la posteo.
y hay una desazón, la vieja premura de que algo está faltando en el álgebra de la vida.
la diferencia es que ahora sé lo que falta.
debo acabar con mi maldito adeudo académico
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