Ir al contenido principal

rara cacería

hace ya varios días, tantos que no recuerdo cuantos, pude al fin darme una vuelta por el DF, por razones de estricto trabajo. extrañamente, ocurrió una de esas raras conjunciones que no suelen operar: al salir del metro descubrí que la feria del zócalo acababa de empezar.
agilicé los trámites lo más posible y regresé a recorrer esas carpas abarrotadas de libros de todos colores y sabores. pocas cosas hay tan atractivas y aburridas a un tiempo. es decir, empezar a recorrer stands fue mirar ese enorme panteón en que se está transformando la literatura. best sellers, cosas que se le parecen, aunque con pretenciones serias y eruditas. un gran desierto plagado de libros de lo más estúpidamente comerciales, con portadas o bien absurdas o enteramente vomitivas...
ah... Dios... me hace falta un poco de inocencia para volver a disfrutar esto.
lo mejor, como siempre, fueron los botaderos. en uno de ellos, descubrí esta joya:
y digo joya, no por la traducción, que en verdad arruina toda la poética de Edgar Allan Poe, sino porque en esta editorial, en Tor, encontré (hace milenios), los primeros 17 tomos de Tarzán de los Monos; supongo que tendría como 16 años y estaba buscando la ya multicitada Princesa de Marte del mismo Edgar Rice Burroughs. en su lugar encontré a Tarzán y lo leí con obsesividad no rigurosa. es decir, leí de corrido los primeros cuatro tomos y luego empecé a saltar a los títulos más interesantes, mientras, poco a poco, mi biblioteca de CF crecía.
aquellos eran momentos de excitación, de descubrimiento que parecía no tener fronteras.
las fronteras, ya lo he dicho, crecieron con mis estrtudios de licenciatura, con Cortázar y todo ese catálogo de escuelas que me abrieron camino al surrealismo, el dadaísmo, el mismo existencialismo. creo que al tercer semestre de estadía en esa universidad, mis gustos cienciaficcioneros entraron en crisis (ya me había terminado todo lo conseguible de Dick, en aquella época)... una que casi me llevó a abjurar de tal género... hasta que encontré al otro Burroughs y luego al cyberpunk...
hoy quisiera volver a mirar de aquella manera casi adolescente las librerías, y no como enormes osarios de clones fallidos que nacen muertos...
si en aquel tiempo hubiera encontrado esta edición Tor de Poe, tampoco me hubiera gustado (pese a las insistencias de Borges y Cortázar), lo sé... Poe me terminó de gustar sólo cuando lo leí en inglés... sin embargo, en esta portada, en esta vieja ilustración encuentro esa nostalgia de la lectura inocencente, puramente pasional...
siempre terminamos perdiendo los paraísos... conocer te hace perderlos...
y hay un extraño placer en ello.
perder mi paraíso lector, me puso en primera instancia a escribir... a escribir todo eso que no podía leer...

Comentarios

Entradas más populares de este blog

iniciar la memoria en línea

Tras meses de coquetear con la idea de este Blog y luego de poner mil y un pretextos, al fin he decidido a hacerlo. Tal parece que las largas esperas en pro de un mejor proyecto, siempre son un preludio al momento catártico en que la forma ya no importa tanto como el hecho de que hay algo que decir; y todo termina apareciendo en una ráfaga no muy cuidada. Y no es que hoy hayan pasado grandes cosas. Las gripes están ahí, todo el tiempo. Supongo que es algo más sencillo. El simple y llano hecho de querer ya hacer algo en la internet, tras tantos compases de espera en pro de hacer una página chida, de hacer que la Página de la Langosta se vea bien... Tantos intentos que se han quedado en horas muertas y html's e interfases flash engordando (o reduciendo) el disco duro... Tanto para un arranque clásico... Pero supongo que así es esto. Y supongo que así tenía que salir. Hoy la única diferencia es que al fin pude acabar El Palacio de la Luna de Paul Auster. Y digo al fin, porq...

La primera calle de la soledad en radio BUAP

  Hoy 29 de septiembre, pasadas las 2 de la tarde, tendremos la presentación en Radio BUAP (96.9 FM) en "De eso se trata" con Ricardo Cartas y Juan Nicolás Becerra de mi primera novela en su tercera edición, a cargo del Planeta, a 26 años de la original edición en FETA.    Los esperamos. No falten.
de viajes en internet y órbitas Farmer Y como siempre, resulta que buscando una cosa, terminas encontrando otra; la diferencia en el ciberespacio es que de pronto descubres cosas cuya existencia no imaginabas. Desde hace como cuatro posts que quiero hablar de Farmer, de todo lo que ese señor a través de sus escritos y sin saberlo me heredó. Pero no quería hacerlo de mi ronco pecho, sino recurrir al libro que en mi caso, me dio el pretexto, la fuerza necesaria para decidir botar la ingeniería y dedicarme a escribir. No lo recuerdo de modo preciso, pero me parece que Carne , fue la primera novela que leí de él. Acababa de descubrir las librerías de viejo y con mi amigo Humberto, que también se estaba volcando en la Ciencia Ficción, organizamos un breve safari. En una de esas tiendas hechas caos, hubo dos títulos de los que ya no me pude separar: La máquina preservadora de Philip K. Dick y Carne de Farmer. Debo reconocer que en el metro abordé rápidamente el libro de cuentos y el qu...