y sí, la muerte es un límite natural, como la gravedad, el tiempo, las distancias planetarias y/o galácticas...
quizá por ello la ciencia ficción siempre fue para mí la receta adecuada, la dosis necesaria para seguir en esta vida... el futuro como una opción mejor... o mínimo como una frontera no explorada donde al fin podríamos resolver nuestras grandes limitantes.
la ciencia ficción, en este sentido, fue la literatura por excelencia del siglo XX.
y digo fue, porque algo parece estarle pasando a nuestros sueños, a nuestro espíritu de lucha.
en mis tiempos de vampirólogo, por ahí del 97 al 2001, la tesis que más me gustaba defender en mis conferencias es que el regreso a los grandes titulares de libros y películas de la raza chupasangre se debía en gran parte al súbito límite que la ciencia había encontrado, no en el ámbito informático, por supuesto, sino en el médico, en el que en verdad importa; con el SIDA, para mí, la dimensión mítica de la sangre (así intitulé una conferencia que di en muchos foros) había regresado para quedarse hasta nuevo aviso. la sangre como jugo que puede dar la vida o quitarla en una rápida operación muy parecida al azar...
eso en el ámbito mítico. en el astronaútico, al parecer, la decepción del desolado paraje marciano fungió como depresor, censurante de más sueños de expansión galáctica... eso y el mismo proyecto ceti, el radio telescopio... todo parece decir: no se equivocaban sus abuelos, están solos en este universo...
parece...
y aquí estoy, hoy en día, escribiendo en una máquina, un espacio de ciencia ficción (sobre todo para los años en que nací), sin lograr ver muchas esperanzas de futuro.
el mundo, nuestro inconsciente, parece andar enfermo... y cada vez tenemos menos proyectos, menos sueños de futuro...
cada vez el pulso de la ciencia ficción parece decrecer más, casi extinguirse. en cambio, el de la fantasía, el de la mística, se exponencializa...
algo habría que hacer al respecto... en literatura, en cine, en la simple vitalidad que mueve nuestros proyectos...
por hoy, lo único que se me ocurrió fue buscar en youtube indicios, fragmentos de aquellos tiempos de frenética exploración. les dejo un ejemplo:
ojalá pueda inspirarlos tanto o más que a mí...
quizá por ello la ciencia ficción siempre fue para mí la receta adecuada, la dosis necesaria para seguir en esta vida... el futuro como una opción mejor... o mínimo como una frontera no explorada donde al fin podríamos resolver nuestras grandes limitantes.
la ciencia ficción, en este sentido, fue la literatura por excelencia del siglo XX.
y digo fue, porque algo parece estarle pasando a nuestros sueños, a nuestro espíritu de lucha.
en mis tiempos de vampirólogo, por ahí del 97 al 2001, la tesis que más me gustaba defender en mis conferencias es que el regreso a los grandes titulares de libros y películas de la raza chupasangre se debía en gran parte al súbito límite que la ciencia había encontrado, no en el ámbito informático, por supuesto, sino en el médico, en el que en verdad importa; con el SIDA, para mí, la dimensión mítica de la sangre (así intitulé una conferencia que di en muchos foros) había regresado para quedarse hasta nuevo aviso. la sangre como jugo que puede dar la vida o quitarla en una rápida operación muy parecida al azar...
eso en el ámbito mítico. en el astronaútico, al parecer, la decepción del desolado paraje marciano fungió como depresor, censurante de más sueños de expansión galáctica... eso y el mismo proyecto ceti, el radio telescopio... todo parece decir: no se equivocaban sus abuelos, están solos en este universo...
parece...
y aquí estoy, hoy en día, escribiendo en una máquina, un espacio de ciencia ficción (sobre todo para los años en que nací), sin lograr ver muchas esperanzas de futuro.
el mundo, nuestro inconsciente, parece andar enfermo... y cada vez tenemos menos proyectos, menos sueños de futuro...
cada vez el pulso de la ciencia ficción parece decrecer más, casi extinguirse. en cambio, el de la fantasía, el de la mística, se exponencializa...
algo habría que hacer al respecto... en literatura, en cine, en la simple vitalidad que mueve nuestros proyectos...
por hoy, lo único que se me ocurrió fue buscar en youtube indicios, fragmentos de aquellos tiempos de frenética exploración. les dejo un ejemplo:
ojalá pueda inspirarlos tanto o más que a mí...
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