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calle fascinación

y hoy, a pocos días de volver a la rutina de las clases diarias o semi. hoy, tras vacaciones que para variar se quedaron cortas, buscaba dormir de manera poco común en mí, hacia las diez de la noche.
por ahí de la una, VH1 se confabuló con mi memoria para despertarme. todo un conjunto de rolas que no lograron sino despertarme, meterme otra vez, pese a la dinámica autoimpuesta de la responsabilidad, en el desfogue de la simple escritura.
la nota insoslayable, definitiva, por supuesto, la constituyó fascination street de The Cure.
este no es el video que conocí, en esos lejanos días de finales de la década de los ochenta... es el conseguible en youtube:

la rola más urbana, más intimista, empática del ser joven en la ciudad, para mí, en ese tiempo. para mí, desde The Cure.
The Cure fue una clave fundamental, un parteaguas que, justo como Julio Cortázar, me inspiró, pero resultó incapaz de ser compatible con mi escritura. su fuerza, su energía, a tal punto dominante que me impidiera, me sigue impidiendo la convivencia feliz con mi escritura.
oir a The Cure, leer a Cortázar, son para momentos no creativos. para momentos íntimos. personales. necesarios...
aparte y como adenda, por y para aquellos que no conocieran a The Cure en sus primeras obras, va esta rola que me inspirara por su obsesividad. que, incluso, inspirara a Zárate, pese a todo lo divergente que puede ser frente a este tipo de música.


hoy, por la especial novela que estoy emprendiendo, me acompaña un clásico grunge. uno de un grupo cuyo destino desconozco. es éste, para lo que pueda servirles. a mí, volvió a retorcerme, a darme vida del monstruo que solía ser. que sería sin la lobita. el grupo se llama Bush y la rola Cold Contagious:

C ya soon, u people behind the screen.

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