he de repetirlo, este blog parece convertirse en una colección de necrológicas. cosa terrible en sí misma, pero ineludible, a la vista de la historia humana.
Asimov llegó a mi vida de manera natural. natural porque lo más conseguible en ciencia ficción, fue siempre el producto de su pluma. un autor no sólo rentable, sino profundamente didáctico.
mi primer recuerdo de él, de la mención de su nombre, ocurrió a principios de los 80's, con la publicidad que Edivisión hacía de su libro Civilizaciones Extraterrestres. creo que esa fue la época en que más promociones de libros hubo en la TV. se anunciaba por igual aquel volumen de Asimov, Los renglones torcidos de Dios de Torcuato Luca de Tena, Sirenas de Eric Van Lustbader y El no nacido de David Shobin.
yo aún no comenzaba a leer de forma apasionada, pero me había alejado ya de las revistas de ovnis (cosa de la adolescencia y la búsqueda esperanzada en el cielo amplio de Morelos) y el título de aquel libro sólo parecía remitirme a ese tema. terrible error que pronto fue corregido, cuando decidí comprar La Edad de Oro de la Ciencia Ficción I. ahí descubrí todo un gran catálogo de obras y hasta un placebo para mi tan buscada Princesa de Marte de E.R. Burroughs (en Submicroscópico, de S. P. Meek de 1931, aunque esto ya lo he contado) pero, sobre todo, descubrí a Asimov a través de todo ese relato autobiográfico de su encuentro con la CF y de su decisión de escribirla.
Su historia fue a la par un aliento para mi incipiente vocación y un desvío, porque en Asimov encontraba una adecuada mixtura y si yo quería escribir, también debería hacer una carrera en ciencias... por eso mis años en Ingeniería Química... pero esto no es para hablar de mí.
desde las primeras fotos que recuerdo, Asimov era ese hombre de grandes patillas blancas y lentes enormes, ese ser que, quizá a contracorriente de lo que experimentara Ellison y contara en sus Visiones Peligrosas, si bien no parecía un superandroide, sí provocaba una suerte de respeto, inspiraba confianza y hasta sabiduría.
en youtube, encuentro ahora (sin subtítulos) un video de sus años mozos donde habla de los cambios de la CF y la era Campbell, es éste:
Asimov me conquistó en ese volumen. y empecé a buscar sus obras. tardé en conseguir Yo Robot, pero en el transcurso me encontré con El fin de la eternidad, uno de los libros que siempre esgrimiré contra aquellos que niegan valor literario a Asimov y montones de obras más que me convirtieron en un genuino devorador de libros en el tiempo de prepa.
su partida llegó (6 de abril de 1992) cuando ya casi no lo leía (si exceptuamos sus obras de divulgación), cuando ya aseguraba que era un autor para leerse en la adolescencia. cuando ya Dick y Cortázar lo habían sustituido. cuando aún era joven, sentencioso y de juicios terminantes.
años después, gracias a Zárate, me enteré que su muerte se debió a una complicación por VIH adquirido durante una operación para bypass. creo que hasta ese momento su muerte me golpeó.
sobra decirlo: hoy me encantaría ver sus análisis de esta desvirtuada realidad. me encantaría leer sus descifrares de esta existencia a partir de su CF.
hace ya un par de meses que releeo sus robots. en espera, hoy, dejaré sus Cuentos paralelos (semillas de novelas posteriores) y El fin de la eternidad (una de esas semillas convertida en árbol), ojalá pudieran hacer algo semejante, ojalá, si aún no lo han leído, estas palabras los inviten a ello.
C ya soon, u people behind the screen.
pd.- para variar, Sadrac tiene un buen de títulos en su biblioteca, sin costo alguno y al alcance de un click.
Asimov llegó a mi vida de manera natural. natural porque lo más conseguible en ciencia ficción, fue siempre el producto de su pluma. un autor no sólo rentable, sino profundamente didáctico.
mi primer recuerdo de él, de la mención de su nombre, ocurrió a principios de los 80's, con la publicidad que Edivisión hacía de su libro Civilizaciones Extraterrestres. creo que esa fue la época en que más promociones de libros hubo en la TV. se anunciaba por igual aquel volumen de Asimov, Los renglones torcidos de Dios de Torcuato Luca de Tena, Sirenas de Eric Van Lustbader y El no nacido de David Shobin.
yo aún no comenzaba a leer de forma apasionada, pero me había alejado ya de las revistas de ovnis (cosa de la adolescencia y la búsqueda esperanzada en el cielo amplio de Morelos) y el título de aquel libro sólo parecía remitirme a ese tema. terrible error que pronto fue corregido, cuando decidí comprar La Edad de Oro de la Ciencia Ficción I. ahí descubrí todo un gran catálogo de obras y hasta un placebo para mi tan buscada Princesa de Marte de E.R. Burroughs (en Submicroscópico, de S. P. Meek de 1931, aunque esto ya lo he contado) pero, sobre todo, descubrí a Asimov a través de todo ese relato autobiográfico de su encuentro con la CF y de su decisión de escribirla.
Su historia fue a la par un aliento para mi incipiente vocación y un desvío, porque en Asimov encontraba una adecuada mixtura y si yo quería escribir, también debería hacer una carrera en ciencias... por eso mis años en Ingeniería Química... pero esto no es para hablar de mí.
desde las primeras fotos que recuerdo, Asimov era ese hombre de grandes patillas blancas y lentes enormes, ese ser que, quizá a contracorriente de lo que experimentara Ellison y contara en sus Visiones Peligrosas, si bien no parecía un superandroide, sí provocaba una suerte de respeto, inspiraba confianza y hasta sabiduría.
en youtube, encuentro ahora (sin subtítulos) un video de sus años mozos donde habla de los cambios de la CF y la era Campbell, es éste:
Asimov me conquistó en ese volumen. y empecé a buscar sus obras. tardé en conseguir Yo Robot, pero en el transcurso me encontré con El fin de la eternidad, uno de los libros que siempre esgrimiré contra aquellos que niegan valor literario a Asimov y montones de obras más que me convirtieron en un genuino devorador de libros en el tiempo de prepa.
su partida llegó (6 de abril de 1992) cuando ya casi no lo leía (si exceptuamos sus obras de divulgación), cuando ya aseguraba que era un autor para leerse en la adolescencia. cuando ya Dick y Cortázar lo habían sustituido. cuando aún era joven, sentencioso y de juicios terminantes.
años después, gracias a Zárate, me enteré que su muerte se debió a una complicación por VIH adquirido durante una operación para bypass. creo que hasta ese momento su muerte me golpeó.
sobra decirlo: hoy me encantaría ver sus análisis de esta desvirtuada realidad. me encantaría leer sus descifrares de esta existencia a partir de su CF.
hace ya un par de meses que releeo sus robots. en espera, hoy, dejaré sus Cuentos paralelos (semillas de novelas posteriores) y El fin de la eternidad (una de esas semillas convertida en árbol), ojalá pudieran hacer algo semejante, ojalá, si aún no lo han leído, estas palabras los inviten a ello.
C ya soon, u people behind the screen.
pd.- para variar, Sadrac tiene un buen de títulos en su biblioteca, sin costo alguno y al alcance de un click.
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