y, para variar, posteo tarde. no es nada nuevo, pero, precisamente, tratándose de uno de los grandes íconos de la pop music, resulta dificil decir cualquier cosa nueva u original.
o al menos a mí me resulta así.
quienes siguen este blog, ya lo saben: mi apego a la música no va por el camino del Pop (sino del rock), pero también es cierto que cuando uno está en el trance del crecimiento, difícilmente puede escapar de la influencia masiva. Michael Jackson fue un ícono, en todo sentido. aún para quienes no resultaba seductora su música, el video Thriller era un obligado paso, un vaso comunicante que atrajo las miradas de quienes nos enfrentabamos al nacimiento del video-clip, a esa nueva expresión televisiva que transformó al mundo para siempre.
Michael Jackson llegó para quedarse. como influencia, como ícono visual que nadie puede hacer a un lado. ahora, en medio de una extraña niebla, ha desaparecido físicamente, pero su legado queda con nosotros, uno múltiple.
creo que la última vez que voluntariamente me acerqué a sus productos, fue con la llegada de su película Moonwalker. las imágenes del trailer resultaron lo suficientemente atractivas. y creo que no salí demasiado decepcionado, aunque, ahora, dificilmente recuerdo otra imagen que un conejo humanoide.
a Michael, en la década del 2000, sólo me unió un video juego. de ese que ya he hablado en numerosas ocasiones, sobre todo por su diva de polígonos, por Ulala. en efecto, hablo de Space Channel 5 y de Space Michael. ahora que existe youtube, puedo dejarles un promo:
su imagen poligonal (la de Jackson), me hizo recordar las iniciales emociones que tuve, cuando en la primera Beta de mi primo, vimos uno de sus conciertos, vimos el momento en que popularizó su pasito en reversa, su moonwalk. esa emoción compartida de enfrentar la moda. esa que me llevó a comprar ese LP, sólo ese.
confieso que una parte de mi añoraba nuevas producciones, pero mi curiosidad se vino abajo con el video Bad (no sólo por Michael, también por el director del el video. o sobre todo por este último). y, con ello, desapareció cualquier tipo de seguimiento a su trabajo.
quizá por ello se me hizo extraño cuando Sifuentes (en 2004) me presentó un cuento para el número monográfico de CF de la revista Blanco Móvil. se intitulaba: Michael ya no nos quiere y a poco de concluido ese número (pero antes de ser enviado al editor), Sifuentes me pidió retirarlo, porque le parecía lleno de errores. el centro de esa CF extraña era, por supuesto, Michael Jackson. hoy encuentro en uno de los blogs de Sifuentes, este trabajo ya corregido, incluso en el título: Michael nos odia.
supongo que cada quien encontrará, a lo largo de esta globalizada aldea, sus maneras de hacer un réquiem por Jackson.
esta es la mía, sin exageraciones o idolatrías. el simple reconocimiento de alguien que atravesó su adolescencia, parte de su vida adulta, acompañado por el poder de convencimiento de un artista que ahora ha dado el paso definitivo a un nuevo territorio. a otro estrato donde quizá vuelva a ser pionero.
c ya soon, u peolpe behind the screen.
o al menos a mí me resulta así.
quienes siguen este blog, ya lo saben: mi apego a la música no va por el camino del Pop (sino del rock), pero también es cierto que cuando uno está en el trance del crecimiento, difícilmente puede escapar de la influencia masiva. Michael Jackson fue un ícono, en todo sentido. aún para quienes no resultaba seductora su música, el video Thriller era un obligado paso, un vaso comunicante que atrajo las miradas de quienes nos enfrentabamos al nacimiento del video-clip, a esa nueva expresión televisiva que transformó al mundo para siempre.
Michael Jackson llegó para quedarse. como influencia, como ícono visual que nadie puede hacer a un lado. ahora, en medio de una extraña niebla, ha desaparecido físicamente, pero su legado queda con nosotros, uno múltiple.
creo que la última vez que voluntariamente me acerqué a sus productos, fue con la llegada de su película Moonwalker. las imágenes del trailer resultaron lo suficientemente atractivas. y creo que no salí demasiado decepcionado, aunque, ahora, dificilmente recuerdo otra imagen que un conejo humanoide.
a Michael, en la década del 2000, sólo me unió un video juego. de ese que ya he hablado en numerosas ocasiones, sobre todo por su diva de polígonos, por Ulala. en efecto, hablo de Space Channel 5 y de Space Michael. ahora que existe youtube, puedo dejarles un promo:
su imagen poligonal (la de Jackson), me hizo recordar las iniciales emociones que tuve, cuando en la primera Beta de mi primo, vimos uno de sus conciertos, vimos el momento en que popularizó su pasito en reversa, su moonwalk. esa emoción compartida de enfrentar la moda. esa que me llevó a comprar ese LP, sólo ese.
confieso que una parte de mi añoraba nuevas producciones, pero mi curiosidad se vino abajo con el video Bad (no sólo por Michael, también por el director del el video. o sobre todo por este último). y, con ello, desapareció cualquier tipo de seguimiento a su trabajo.
quizá por ello se me hizo extraño cuando Sifuentes (en 2004) me presentó un cuento para el número monográfico de CF de la revista Blanco Móvil. se intitulaba: Michael ya no nos quiere y a poco de concluido ese número (pero antes de ser enviado al editor), Sifuentes me pidió retirarlo, porque le parecía lleno de errores. el centro de esa CF extraña era, por supuesto, Michael Jackson. hoy encuentro en uno de los blogs de Sifuentes, este trabajo ya corregido, incluso en el título: Michael nos odia.
supongo que cada quien encontrará, a lo largo de esta globalizada aldea, sus maneras de hacer un réquiem por Jackson.
esta es la mía, sin exageraciones o idolatrías. el simple reconocimiento de alguien que atravesó su adolescencia, parte de su vida adulta, acompañado por el poder de convencimiento de un artista que ahora ha dado el paso definitivo a un nuevo territorio. a otro estrato donde quizá vuelva a ser pionero.
c ya soon, u peolpe behind the screen.
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