tanto, pero tanto me influyó Edgar Rice Burroughs (ERB), mínimo en mi carrera como lector insaciable, que me parece aberrante, del todo increíble que jamás se me haya ocurrido checar su fecha de nacimiento para homenajearlo como era debido en La Langosta.
ERB, el otro o el original Burroughs --segun se quiera ver--, es famoso sobre todo por su creación de Tarzán de los monos, al menos en latinoamérica. por aquí resulta casi un secreto de eruditos la otra tan famosa novela y serie que iniciara con Una princesa de Marte. una que yo conociera primero en formato de comic y que me hiciera buscar el original en librerías de viejo y, mientras lo encontraba, ponerme a leer como loco muchísima CF. Dejah Thoris, la deliciosa princesa marciana, me hizo recorrer anaqueles y más anaqueles de libros polvosos para encontrarla. en el transcurso descubrí a otras princesas, menos sensuales, menos impactantes. y al fin, con una portada que ninguna referencia hacía al comic o a la original trama (que aún no abordaba), encontré este libro:
publicado en Argentina, no sólo completó el arco de un deseo adolescente y romántico (tenía 16 años cuando al fin la encontré), sino enquistó mayores ansias. la historia acababa y no ahí. otros libros le seguian, en un total de 11 (diez me faltaban). y esa incompletud (alguna vez también estudié algo de psicología) me hizo permanecer en la cacería de los libros.
el centro del post, no es éste, por supuesto, historia que ya he contado, aunque no encuentro en mis 400 y tantos post, sino el reciente hallazgo en Gandhi Puebla.
la cosa empezó de la manera más inocente posible. acababa de recibir mi paga y la Lobita estaba a mi lado. la librería fue un destino consensado. buscaba a Banana Yoshimoto, a Palahniuk, jamás esperé esa pila de saldos que hasta su cumbre mantenían un tesoro que en otros momentos me habría arrancado el aliento y el ritmo cardiaco.
en efecto, quizá seducida por la promesa de la tan prometida y nunca cumplida (hasta ahora, según los rumores y declaraciones de pixar) adaptación fílmica, la editoría Río Henares, lanzó a la venta, en fechas recientes (el libro no posee colofón y su hoja legal tampoco consigna la fecha), los primeros dos volúmenes de esta saga. aquí las imágenes:
por supuesto, de inmediato desembolsé el monto y me traje a casa ambos ejemplares. los miré con respeto, con ansia durante todo el trayecto en microbús. y en casa... en casa la cosa disminuyó de intensidad...
llama de inmediato la atención la etiqueta "nueva edición revisada", pero al abrir ambos tomos, es imposible descubrir tanto un prólogo que explique esas características, como el nombre del traductor.
mi pregunta surge entonces, anticlimática: ¿la revisión es una justificante legaloide para evitar demandas por hacer collage de traducciones o qué?
me explico: la edición de Intersea (fuente de la primera imagen) fue traducida por Andrés Esteban Mechalski y las de Editorial Aguilar (aberrantes, donde hasta el nombre del héroe era traducido dejándonos un horripilante Juan Carter, guerrero de Marte) por J. Dubon y Carmen Ruiz del Árbol. pero esta versión, como las nuevas de Lovecraft, Poe y hasta Conrad, no poseen crédito alguno. trucos nuevos para editoriales viejas: ¿para qué pagar derechos de traducción, si puedes pagar un simple collage?
el gusto no se me acaba, sin embargo. saber que nuevas generaciones podrán disfrutar estos libros es reconfortante. saber que hasta esas traducciones collage resultan más legibles que las que proporcionan los traductores automáticos de internet, tambien...
sin embargo, sin embargo...
Dios, para qué quejarse. los libros ya estan circulando. con portadas chafas, en lo absoluto tan llamativas como las que Carl Sagan diera a conocer en su Cosmos. este es un ejemplo:
con portadas así, la venta sería más simple... pero...
igual, Sagan en ese momento no buscaba mercadotecnia, sino reflejar, presentar las ediciones conseguibles en los 80's.
Sagan declaraba que fue esta novela una de las razones para dedicarse a la astronomía (aclarando, por supuesto, que las leyó a los ocho años), al intento científico por alcanzar Marte.
Sagan reconocía el poder inspirador de la CF en el desarrollo de los futuros científicos.
quizá por eso mi empatía con Sagan no acaba ahí (y prometo no olvidar su cumple en La Langosta, el próximo 9 de noviembre). quizá por ello sus lecciones fueron capaces de inspirarme aún más.
vaya usted a saber. el caso es uno. y es para festejarse, antes de que la ola de comercialismo brutal que traerá la adaptación de pixar a esta novela, antes de que la versión light disney con (según wikipedia) la participación de Taylor Kitsch y Lynn Collins (actores en Wolverine, también según la Wiki) aparezca en 2010, tenemos ya una edición asequible que muchos podrían conseguir.
para mí, al menos, no existe saga más emocionante que los primeros 3 tomos de esta serie. para mí, al menos hasta ahora (con buena competencia de Arturo Pérez-Reverte, quien parece ser el último autor de acción a quien en verdad le gustan las mujeres), no existe personaje de ficción más deseable que la exquisita Dejah Thoris, Princesa de Helium.
para acabar, sólo un video que muestra la pasión de otros como yo:
c ya soon, u people behind the screen.
ERB, el otro o el original Burroughs --segun se quiera ver--, es famoso sobre todo por su creación de Tarzán de los monos, al menos en latinoamérica. por aquí resulta casi un secreto de eruditos la otra tan famosa novela y serie que iniciara con Una princesa de Marte. una que yo conociera primero en formato de comic y que me hiciera buscar el original en librerías de viejo y, mientras lo encontraba, ponerme a leer como loco muchísima CF. Dejah Thoris, la deliciosa princesa marciana, me hizo recorrer anaqueles y más anaqueles de libros polvosos para encontrarla. en el transcurso descubrí a otras princesas, menos sensuales, menos impactantes. y al fin, con una portada que ninguna referencia hacía al comic o a la original trama (que aún no abordaba), encontré este libro:
publicado en Argentina, no sólo completó el arco de un deseo adolescente y romántico (tenía 16 años cuando al fin la encontré), sino enquistó mayores ansias. la historia acababa y no ahí. otros libros le seguian, en un total de 11 (diez me faltaban). y esa incompletud (alguna vez también estudié algo de psicología) me hizo permanecer en la cacería de los libros.
el centro del post, no es éste, por supuesto, historia que ya he contado, aunque no encuentro en mis 400 y tantos post, sino el reciente hallazgo en Gandhi Puebla.
la cosa empezó de la manera más inocente posible. acababa de recibir mi paga y la Lobita estaba a mi lado. la librería fue un destino consensado. buscaba a Banana Yoshimoto, a Palahniuk, jamás esperé esa pila de saldos que hasta su cumbre mantenían un tesoro que en otros momentos me habría arrancado el aliento y el ritmo cardiaco.
en efecto, quizá seducida por la promesa de la tan prometida y nunca cumplida (hasta ahora, según los rumores y declaraciones de pixar) adaptación fílmica, la editoría Río Henares, lanzó a la venta, en fechas recientes (el libro no posee colofón y su hoja legal tampoco consigna la fecha), los primeros dos volúmenes de esta saga. aquí las imágenes:
por supuesto, de inmediato desembolsé el monto y me traje a casa ambos ejemplares. los miré con respeto, con ansia durante todo el trayecto en microbús. y en casa... en casa la cosa disminuyó de intensidad...
llama de inmediato la atención la etiqueta "nueva edición revisada", pero al abrir ambos tomos, es imposible descubrir tanto un prólogo que explique esas características, como el nombre del traductor.
mi pregunta surge entonces, anticlimática: ¿la revisión es una justificante legaloide para evitar demandas por hacer collage de traducciones o qué?
me explico: la edición de Intersea (fuente de la primera imagen) fue traducida por Andrés Esteban Mechalski y las de Editorial Aguilar (aberrantes, donde hasta el nombre del héroe era traducido dejándonos un horripilante Juan Carter, guerrero de Marte) por J. Dubon y Carmen Ruiz del Árbol. pero esta versión, como las nuevas de Lovecraft, Poe y hasta Conrad, no poseen crédito alguno. trucos nuevos para editoriales viejas: ¿para qué pagar derechos de traducción, si puedes pagar un simple collage?
el gusto no se me acaba, sin embargo. saber que nuevas generaciones podrán disfrutar estos libros es reconfortante. saber que hasta esas traducciones collage resultan más legibles que las que proporcionan los traductores automáticos de internet, tambien...
sin embargo, sin embargo...
Dios, para qué quejarse. los libros ya estan circulando. con portadas chafas, en lo absoluto tan llamativas como las que Carl Sagan diera a conocer en su Cosmos. este es un ejemplo:
con portadas así, la venta sería más simple... pero...
igual, Sagan en ese momento no buscaba mercadotecnia, sino reflejar, presentar las ediciones conseguibles en los 80's.
Sagan declaraba que fue esta novela una de las razones para dedicarse a la astronomía (aclarando, por supuesto, que las leyó a los ocho años), al intento científico por alcanzar Marte.
Sagan reconocía el poder inspirador de la CF en el desarrollo de los futuros científicos.
quizá por eso mi empatía con Sagan no acaba ahí (y prometo no olvidar su cumple en La Langosta, el próximo 9 de noviembre). quizá por ello sus lecciones fueron capaces de inspirarme aún más.
vaya usted a saber. el caso es uno. y es para festejarse, antes de que la ola de comercialismo brutal que traerá la adaptación de pixar a esta novela, antes de que la versión light disney con (según wikipedia) la participación de Taylor Kitsch y Lynn Collins (actores en Wolverine, también según la Wiki) aparezca en 2010, tenemos ya una edición asequible que muchos podrían conseguir.
para mí, al menos, no existe saga más emocionante que los primeros 3 tomos de esta serie. para mí, al menos hasta ahora (con buena competencia de Arturo Pérez-Reverte, quien parece ser el último autor de acción a quien en verdad le gustan las mujeres), no existe personaje de ficción más deseable que la exquisita Dejah Thoris, Princesa de Helium.
para acabar, sólo un video que muestra la pasión de otros como yo:
c ya soon, u people behind the screen.
Comentarios
Saludos!
Salvador.